La Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) ha puesto en marcha una nueva iniciativa para unificar las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) en todo el país a partir de 2026. La idea principal de esta iniciativa es que los exámenes sean lo más idénticos posible en todas las comunidades autónomas, garantizando una estructura común, contenidos básicos similares y criterios de corrección homogéneos.
Para lograr este objetivo, 550 expertos en cada una de las materias incluidas en la PAU están trabajando en la creación de un modelo de examen único. Aunque se mantendrá un margen para adaptar las pruebas a los contenidos específicos de cada comunidad autónoma, la base será la misma en todo el territorio.
Con relación a los plazos de este proceso, se prevé que las propuestas se presenten antes de mayo de 2025. Esto permitirá a los estudiantes conocer con suficiente antelación el nuevo diseño de 2026, y al profesorado realizar la correcta programación de las materias con tiempo y acorde con los criterios de las orientaciones armonizadas en todo el territorio nacional.
Con esta reforma, se busca reducir las diferencias entre comunidades autónomas y ofrecer un acceso más equitativo a la universidad. La idea es que todos los alumnos compitan en igualdad de condiciones, sin importar dónde hayan cursado el Bachillerato.
Este esfuerzo por armonizar la selectividad no es nuevo. En 2024 ya se pactaron algunos criterios mínimos, como la distribución de los ejercicios competenciales o la penalización por errores lingüísticos. Ahora, con la PAU 2026, se dará un paso más hacia una prueba verdaderamente unificada.
La propuesta genera opiniones diversas. Mientras algunos la ven como un avance hacia una mayor equidad, otros defienden la importancia de mantener ciertas particularidades autonómicas en la evaluación. En cualquier caso, el camino hacia una selectividad común ya está en marcha y marcará un antes y un después en el acceso a la universidad en España.
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